Ya hace un tiempo que en diferentes ámbitos sociales, sanitarios y educativos oímos hablar del concepto de ética que se llama ética aplicada. ¿Qué quiere decir esto de la ética aplicada y cómo puede formar parte del espacio laboral y profesional dentro de nuestros ámbitos de trabajo?

Para poder responder y argumentar esta cuestión debemos tener en cuenta no sólo la propia organización sino también (y con la misma importancia) a los profesionales, las personas atendidas, los clientes y todas aquellas redes sociales que se relacionan con nuestras funciones y profesiones.

Cuando un profesional se encuentra en la situación de tener que tomar decisiones que afectan a la vida, desarrollo, felicidad y dignidad de otras personas, debe evaluar y reflexionar para tomar una decisión ética justa y respetando la dignidad de las personas, sopesando en cada momento cada una de las consecuencias de sus decisiones e intentando encontrar un equilibrio, justo que respete a la persona afectada por la decisión. Este proceso no es sencillo y en ocasiones nos podemos sentir solos o con pocos recursos para poder responder a cada situación que se nos plantea en nuestro marco laboral.

La ética aplicada propone dentro de las organizaciones una estructura a largo plazo de acompañamiento y diálogo entre los diferentes grupos de interés (personas atendidas, profesionales u organización) dando la posibilidad de escuchar y favoreciendo así las creaciones de espacios consultivos.

Rebeca Tevar. Educadora social de Suara (*)