El pasado 5 de abril, el conseller de Derechos Sociales, Carlos Campuzano, y Tània Verge, consellera de Igualdad y feminismos, visitaron la Barnahus de Tortosa gestionada por Suara.

La Barnahus de Tortosa, ya atiende a 25 casos de violencia sexual a personas menores de edad. El servicio está en marcha desde febrero, y como la de Girona, también con un equipo de profesionales de Suara, forma parte de las trece que el Gobierno acabará de desplegar en el país.

El conseller de Derechos Sociales, Carlos Campuzano, destacó que la casa de Tortosa, localizada por Suara, es uno de los mejores equipamientos, con los espacios más acogedores y cálidos de toda la red, y confía en que, como ha ocurrido en Tarragona, haga «aflorar» más casos. Ester Cabanes, directora de la DGAIA, ha añadido que «en territorios pequeños se facilita más esta detección».

La Barnahus del Camp de Tarragona, donde se ha triplicado el número de casos de abusos sexuales a menores de edad detectados desde la puesta en marcha del servicio, hace pensar que esto se reproducirá por todo el país, porque confían en que la iniciativa ayudará a visibilizar y detectar casos antes invisibles. En este sentido, la consejera de Igualdad y feminismos, Tània Verge destacó que «sólo el 10% de las violencias sexuales se denuncian» y que las cifras de los casos sobre los menores de edad son «estremecedoras». Además, señaló que este servicio destapa una de las violencias machistas «más prevalente, más invisible, más normalizada e infradenunciada», ya que según las cifras de Save the Children y del Consejo de Europa, una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños, han sufrido violencia sexual por parte de su entorno más cercano.

El conseller Campuzano i la consellera Verge, durant la visita a la Barnahus de Tortosa Font: Govern
El conseller Campuzano, la consellera Virgen y Esther Cabanes, directora de DGAIA durante la visita a la Barnahus de Tortosa. Fuente: Gobierno
El conseller Campuzano i la consellera Verge, durant la visita a la Barnahus de Tortosa. Font: Govern
Patricia Benet, coordinadora de la Barnahus con el conseller Campuzano y la consellera Verge, durante la visita a la Barnahus de Tortosa. Fuente: Gobierno

 

La Barnahus de Tortosa
La Barnahus de Tortosa de Suara Cooperrativa

 

Sobre el proyecto estratégico de la Barnahus

Barnahus, la casa dels xiquets i les xiquetes es un proyecto del Gobierno de la Generalidad de Cataluña que implica a varias consejerías. El principal impulsor es el Departamento de Derechos Sociales -mediante la Dirección General de la Atención a la Infancia y la Adolescencia-, en coordinación con Salud, Educación, Interior, Justicia e Igualdad y Feminismos, además de la Fiscalía y la Judicatura. El objetivo de estos equipamientos es que bajo «un único techo», todos los profesionales implicados atiendan a las víctimas ya sus familias para acompañarlos durante todo el proceso y, entre otros, evitar la revictimización.

¿Cuál es el proceso de atención de los casos?

Ante una sospecha o denuncia, un técnico de la DGAIA valora si debe protegerse al menor de edad y se informa a las familias. Después de una primera reunión con el equipo interdepartamental de la casa Barnahus correspondiente, el tándem formado por un trabajador social y un psicólogo atienden al infante y la familia durante todo el proceso.

En la casa Barnahus se les acoge en un espacio «acogedor, agradable y cálido», en primer lugar, en una primera sala de atención y juego, o en el espacio de cocina, donde pueden tomar lo que necesiten, para conseguir tranquilo y relajar a las víctimas ya las familias.

Después de las exploraciones iniciales, se dan herramientas psicoeducativas y consejos a la familia para poder trabajar dentro del ámbito familiar y conocer cómo impactarán los hechos en el niño o niña. Los dos profesionales referentes del caso informan al resto de interdisciplinario y, cuando la situación lo permite, se realizará la prueba preconstituida.

En la Barnahus también existe un espacio para la revisión médica de las víctimas, donde se pueden tomar muestras complementarias, con un equipo pediátrico y un médico forense.

En definitiva, y como señaló Esther Cabanes, el objetivo es que se pueda llegar a celebrar un juicio y se pueda «acusar y castigar» a la persona responsable de los abusos sexuales. «Es la manera de garantizar a la víctima que la sociedad estamos a su lado, que la hemos creído, y también para identificar a las personas que pueden dañar a las más vulnerables, que es la infancia».