Los casos de violencia machista entre la población adolescente se ha disparado en tan sólo cuatro años. En concreto, de 2018 a 2022, el número de víctimas de violencia de género ha crecido un 87,2% y en el 57% de los casos sus agresores eran las parejas, según un estudio publicado recientemente por la Fundación IR, financiado por el ministerio de Igualdad.

Otro dato preocupante, también, es el incremento del número de agresiones sexuales perpetradas por personas menores de 18 años, tal y como se refleja en un informe de la Fiscalía General del Estado (FGE). En 2022 se registraron 974 agresiones sexuales cometidas para adolescentes, cifra que representa un incremento del 45,8% con relación a un año antes y un 116% en el último lustro.

La socióloga Carmen Ruiz Repullo, que ofrece charlas sobre violencia de género en escuelas e institutos, considera que las chicas han normalizado cosas como que los celos son una muestra de amor o que sin sufrimiento no existe amor. También habla sobre la teoría de la escala cíclica. Acuerdo ésta, cuando una pareja adolescente comienza una relación, se inicia una etapa en la que ambos van subiendo escalones, a través de los cuales el chico cada vez controla más a la chica.

Para hacer frente a la lacra de la violencia machista entre las personas adolescentes, es importante concienciar sobre su existencia entre este colectivo. Con este objetivo de fondo, Suara Cooperativa se ha aliado con start-up V-Tools para utilizar la innovación y la tecnología para abordar un problema crítico: la prevención de la violencia machista entre la población más joven.

En este sentido, la startup V-Tools ha desarrollado una experiencia inmersiva que se basa en la escala de la violencia de género de la socióloga Ruiz Repullo. Así pues, con la teoría de la escala cíclica de fondo, lo que se persigue a través de la herramienta de V-Tools y Suara Cooperativa es sensibilizar a la población juvenil sobre el fenómeno de la violencia machista como medida de prevención.

Por ahora, esta prueba piloto se prevé implementar servicios que gestiona como los Centros Residenciales de Acción Educativa (CRAE), espacios jóvenes, así como en otros servicios en los que se acompañen a la población adolescente y juvenil en su transición hacia en la edad adulta. Este enfoque refleja la importancia de la sensibilización desde las etapas más tempranas de la vida para prevenir la violencia machista.

Una característica destacada de esta iniciativa es su voluntad de involucrar activamente a la población juvenil en sus comunidades. Además de proporcionarles herramientas para reconocer, prevenir y combatir la violencia machista, el programa se centra también en la construcción de relaciones saludables y la promoción de la igualdad.

Este enfoque holístico tiene como objetivo no solo prevenir la violencia machista, sino también crear una sociedad en la que la igualdad de género sea una norma y donde las relaciones saludables sean la base de las interacciones personales.