El nuevo Plan de Mejora del Sistema de atención a la Infancia y la Adolescencia de Cataluña plantea como objetivo estratégico fomentar la cultura del acogimiento familiar en Cataluña.

Desde el departamento de Derechos Sociales (Secretaría de Infancia, Adolescencia y Juventud, Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia y el Instituto Catalán del Acogimiento y de la Adopción), proponen, entre otros, analizar el actual funcionamiento de los acogimientos de urgencia y diagnóstico, a fin de garantizar que este tipo de acogimientos no duren más de seis meses. 

En este sentido, a lo largo del último trimestre de 2022, varios profesionales del sistema de protección a la infancia y adolescencia participamos en el grupo de trabajo sobre la acogida de urgencia y diagnóstico. El grupo fue liderado y guiado por Cristina Herce, psicóloga especializada en acogimiento familiar del País Vasco (Centro Lauka de Estudios e Investigaciones Psicológicas) . Este espacio de encuentro permitió compartir, cuestionar y reflexionar sobre el funcionamiento actual de este tipo de acogida, identificar sus fortalezas, así como las peculiaridades de cada territorio de Cataluña, detectando posibles carencias y puntos a mejorar.

Desde Suara Cooperativa, participamos como representantes de los equipos técnicos y de valoración de malos tratos infantiles (EVAMI). Los cuales, tienen entre sus tareas, proponer la medida de acogida de urgencia como mecanismo preventivo en casos de desamparo del niño. Una iniciativa necesaria cuando el niño no puede seguir viviendo en su núcleo familiar biológico, que permite a los menores recibir el apoyo afectivo de familias acogedoras, mientras realizamos el diagnóstico y la propuesta de acogimiento definitivo. 

Estas familias llegan en uno de los momentos más difíciles para el niño, durante la separación de su entorno biológico, ofreciendo un entorno seguro, de apoyo emocional y cariño, que nutre su desarrollo de forma más saludable. Desde el punto de vista de los equipos técnicos y de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) es una medida esencial a lo largo de nuestro proceso de diagnóstico, ya que el niño cuenta con personas dedicadas a las suyas necesidades.

Sin embargo, este proceso puede comportar dificultades como la temporalidad de seis meses. La periodicidad a la que se diseña la acogida de urgencia puede ser insuficiente, puesto que en muchas ocasiones el estudio y diagnóstico requiere más tiempo de evaluación. Este hecho acaba retrasando las propuestas y en muchos casos los niños pueden estar hasta un año y medio en la tipología de acogida de urgencia. En consecuencia, existen pocas familias disponibles y los vínculos que se establecen al ser referentes durante un período tan largo, conlleva que algunas de estas familias se conviertan en los referentes de acogida simple o permanente. En definitiva, se desvirtúa el sistema y puede comportar dificultades que afectan a los niños. 

Por estos motivos, en las sesiones del grupo de trabajo, cada parte del sistema de atención a la Infancia y la Adolescencia expresó su percepción según este marco de intervención. Tras varias sesiones de discusión, quedó patente que nuestro sistema de atención a la Infancia y la Adolescencia necesita evolucionar. 
 

  • Debe transformarse hacia dinámicas más ágiles y eficientes
  • Poner al foco al niño o adolescente en cuestión 
  • Adaptándose a sus necesidades, garantizando sus derechos. 

Un reto requiere la creación de un plan de acción concreto, que priorice el acogimiento familiar de urgencia como medida normalizada dentro de nuestra sociedad, porque todo niño tiene derecho a crecer en una familia.

 

Autora: Natalia Prades. Psicóloga y traumaterapeuta. Responsable de la ETCA y EVAMI Terres de l'Ebre. Servicio de soporte técnico especializado por la Unidad Integrada. Responsable PSICOINTEGRA